El espíritu santo

¿Hay algún beneficio en nacer de nuevo y buscar la voluntad de Dios?

(Juan 14: 15-21,25-26**)
¹⁵ Si me amáis, guardad mis mandamientos. ¹⁶ Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: ¹⁷el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

¹⁸ No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. ¹⁹ Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.²⁰ En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. ²¹ El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

²⁵Os he dicho estas cosas estando con vosotros. ²⁶ Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Podemos reconocer la presencia del Espíritu Santo más comúnmente durante los tiempos de sumisión de "mi voluntad a tu voluntad" ante un Dios Santo. Un cristiano nacido de nuevo puede pasar de un corazón de "sólo estoy dispuesto a hacer", transformado en "¿Qué quieres que haga?".

Dios nos permite aprender a servirle a través de la oración. Algunos aprecian la presencia del Espíritu Santo más allá de la sumisión para ayudar en el discernimiento. El Espíritu Santo se ofrece a enseñarnos cómo aplicar las enseñanzas de Cristo. Sin embargo, esto requiere que estemos dispuestos a recibir su gracia (dones de aprendizaje espiritual) en lugar de confiar en nuestra falta de visión. Se hace a través de la oración y la conciencia de cómo Él responde.

¿Alguna vez has pedido a un cristiano de verdadera madurez un compromiso a largo plazo? La mayoría de las veces su respuesta puede ser: "Me pondré en contacto contigo". Durante las semanas siguientes pueden pasar tiempo de rodillas buscando la dirección que Dios quiere que tomen en su vida.

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El espíritu santo

(Juan 14: 15-21,25-26**)

25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

²⁵Os he dicho estas cosas estando con vosotros. ²⁶ Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.